El Supermercado Bonanza, con más de 20 años de presencia en la comunidad de Robledo, en el barrio Córdoba, se ha convertido en un ejemplo de inclusión laboral y desarrollo personal, esto se debe a las oportunidades laborales que ofrecen a Diego Jalabona y Luisa Fernanda Londoño, dos jóvenes que han desafiado las barreras de la discapacidad para destacar en sus respectivos roles.
Diego, quien llegó a la tienda hace cinco años como parte de una iniciativa del SENA para integrar a personas con discapacidad al ámbito laboral, ha demostrado ser un pilar en el área de cárnicos y lácteos. A pesar de no tener experiencia previa, rápidamente aprendió los procesos de manejo de productos y se ha convertido en un experto reconocido.
Dairon Montoya Hoyos, encargado del punto de venta, destaca:
“Diego no conocía nada del tema, pero con su capacidad de aprendizaje y determinación, se convirtió en un referente en su área”. Su crecimiento profesional ha sido tan significativo que, ante la expansión del área de frío, no solo cumplió con las expectativas, sino que las superó, demostrando ser indispensable para el equipo.
Por otro lado, Luisa, de 28 años, también ha roto barreras en este supermercado. Graduada del SENA, la joven se ha destacado por su dedicación y profesionalismo, tanto en el área de bodega como en atención al cliente.
“El trabajo aquí es excelente, he aprendido muchas cosas”, comenta Luisa.
Su compromiso no solo ha impactado positivamente en su vida personal y familiar, permitiéndole apoyar económicamente a su familia, sino que también ha sido un ejemplo para sus compañeros. Paola Gutiérrez, administradora del local, señala:
“Luisa siempre busca mejorar y asegurarse de que las cosas salgan bien. Tiene una excelente relación con todos y es muy activa”.
Ambas historias reflejan el compromiso de esta empresa con la inclusión laboral y el desarrollo de sus empleados. Diego y Luisa son un ejemplo de cómo, con el apoyo adecuado y la oportunidad justa, las personas con discapacidad pueden superar cualquier desafío y hacer contribuciones significativas en sus lugares de trabajo y comunidades.
Su mensaje a otras empresas es claro: la inclusión no solo es posible, sino que es beneficiosa para todos.
“Demostramos con nuestras acciones que somos capaces, igual que cualquier otra persona”, concluye Luisa, motivando a las empresas a confiar en el potencial de todos sus empleados.
Diego Jalabona, egresado SENA.