​Gracias a una iniciativa interinstitucional de entidades del sector público y la empresa privada, 70.000 habitantes más de zonas rurales del Valle del Cauca cuentan hoy con acueductos operados por personal debidamente capacitado y certificado para prestar un mejor servicio y asegurar la buena calidad del agua que se consume en veredas y corregimientos de municipios como Cartago, El Dovio, Argelia, Florida, Candelaria, Palmira y Buga. 

La acción, que busca estrechar la brecha social y de bienestar que existe entre campos y ciudades vallecaucanas, contribuirá no solo a disminuir la aparición de enfermedades derivadas del consumo de agua en malas condiciones, sino que podrá impactar positivamente en las problemáticas de las comunidades rurales como el ausentismo y la deserción escolar, asociados a ésta. 

El nuevo avance del programa, que es modelo para el país, ha sido posible gracias a la certificación del SENA que recibió, el pasado fin de semana, un grupo de 151 fontaneros de 72 acueductos campesinos, quienes previamente se capacitaron con la firma Pavco, dentro de un proceso en el que también participan la Empresa Social y Comercial del Estado Vallecaucana de Aguas, y la Federación de Acueductos Comunitarios Rurales del Valle del Cauca –FECOSER. 

“Esta es una manera de generar equidad y avanzar en la consolidación de la verdadera paz, haciendo que todos los colombianos accedamos al derecho a contar con agua potable para el consumo. Por eso, este reconocimiento que hoy hacemos junto con la Gobernación del Valle, Vallecaucana de Aguas, Fecoser y Pavco, debe servir de ejemplo para el país”, expresó César Alveiro Trujillo Solarte, Director del SENA Regional Valle. 

Desde 2016, cuando inició el programa, 577 fontaneros han podido capacitarse para luego ser evaluados y finalmente recibir la Certificación de Competencias Laborales del SENA, que además de reconocer su experiencia y habilidades adquiridas por años como trabajadores empíricos, avala su desempeño técnico y les da la posibilidad de obtener mejores ingresos. 

“Ahora me siento más segura para manejar el acueducto y arreglar daños, también sé de la importancia que tiene el contacto permanente con el cliente”, señaló Diana Marcela Yama Calero, quien desde hace 9 años atiende la prestación del servicio de agua potable para 105 familias en El Castillo, vereda de El Cerrito. 

Por su parte, Darío Álvarez Ramírez de 47 años de edad y operador del acueducto de la vereda la Quisquina, en Palmira, que atiende a 162 familias, destacó que “Gracias a este proceso aprendí sobre la necesidad de contar con tanques sépticos para tratamiento de aguas residuales, evitando así la contaminación de fuentes hídricas en aquellas zonas que no cuentan con alcantarillado”. 

Inicialmente esta alianza regional público-privada está pactada hasta 2019, siguiendo el modelo llevado a cabo hasta ahora, los próximos epicentros serán Cali, Buenaventura y Yumbo, ciudades que acogerán, no sólo a los fontaneros de sus áreas rurales, sino de aquellas ubicadas en municipios aledaños, como Dagua, Jamundí, Vijes, Yumbo y La Cumbre. 

Instalación de redes de suministro de aguas, construcción de desagües, reparaciones de tuberías y servicio al cliente, son algunas de las temáticas abordadas en las capacitaciones -paso previo a la certificación- que duran 30 horas y cuyos contenidos son definidos en un comité interinstitucional. 

Operarios rurales que llevan décadas haciendo su labor, así como hombres y mujeres jóvenes que tienen poco tiempo manejando acueductos en sus comunidades, participan en esta iniciativa, que también busca preparar a las nuevas generaciones para asumir esta actividad. Se estima que en el campo del Valle del Cauca hay 1.300 acueductos.