Durante la 66.ª sesión de la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas, en Viena (Austria), y en desarrollo del side event o evento paralelo 'LICIT USES OF COCA CROPS IN COLOMBIA', el SENA, como una de las entidades que representó al Gobierno nacional, mostró ante los países integrantes los usos lícitos de la hoja de coca, que han sido desarrollados mediante la investigación e innovación.

En su intervención, desde Colombia, el director general de la Entidad, Jorge Eduardo Londoño Ulloa, resaltó  por Colombia el compromiso con la generación de conocimiento en este ámbito que se refleja en la industria agrícola, pecuaria y medicinal e, incluso, en la alimentación humana.

El director general del SENA, Jorge Eduardo Londoño U., destacó desde Colombia los usos lícitos de la planta, como aporte a la paz total.  

"Hemos decidido, aquí en el SENA, impartir formación en la hoja de coca (…) en temas como la elaboración de abonos líquidos, abonos para la tierra y el cultivo de nuestros campos, pero también en la alimentación, en lo que tiene que ver con la panadería, la chocolatería, la gastronomía y en alimentos para los animales", sostuvo Londoño Ulloa.

Este proceso se ha desarrollado con comunidades que reconocen el uso ancestral de la hoja de coca, como es el caso de Lerma, en el Cauca, población reconocida como "Territorio de convivencia y paz". Allí, la planta se identificó como fuente de materia prima para el desarrollo de productos confiables en términos de contenidos nutricionales tanto para animales y plantas, como para humanos.

Para la creación de dichos productos, el SENA, en el año 2022, realizó investigaciones en desarrollo cultural, ancestral y científico de la hoja de coca, lo que se tradujo en un avance significativo para el Estado colombiano en la construcción de la paz.

"La hoja de coca forma parte de la cosmogonía de nuestras y nuestros indígenas, de esa cultura que ellos ancestralmente han construido (…) forma parte de sus ritos, de su cotidianidad", agregó el director general del SENA.      

Desde su misionalidad, el SENA contribuye a la paz total, brindando formación en usos lícitos de la hoja de coca lo cual contribuye al desarrollo productivo de las comunidades, reconociendo la ancestralidad de su utilización.