El SENA ha puesto en marcha un proceso para impulsar la sostenibilidad ambiental y dinamizar la economía circular en el país, a partir de una alineación de los centros de formación enfocados en los polímeros y el cambio de 'chip' de los instructores que se encargan de interactuar con aprendices e industrias del sector.
Su propósito es apegarse a la normatividad vigente en la materia y apoyar la construcción de una sociedad que use cada vez menos el plástico y se incline hacia los productos biodegradables.
Este objetivo comenzó a plasmarse con la capacitación 'Preparación de biomateriales' que la Escuela Nacional de Instructores (ENI) y el Centro Nacional de Asistencia Técnica a la Industria (ASTIN) de Cali realizaron con 11 instructores de la Red de materiales para la Industria.
Mediante actividades de capacitación y formación, el SENA contribuye a la justicia ambiental de Colombia.
Según Christi Palomo Navarro, dinamizadora de la ENI de la Dirección General, "este tipo de acciones son urgentes, por el impacto que generan en los aprendices, la formación y las empresas en un mundo que tiende hacia la sostenibilidad".
En el curso de 48 horas, realizado recientemente en la sede del ASTIN – Complejo Salomia de Cali, participaron instructores de las regionales Antioquia, Distrito Capital y Valle del Cauca.
"Hay un gran desafío para la industria del plástico mundial y en Colombia, donde debemos adecuarnos a la ley aprobada el año pasado en el Congreso que les da prioridad a los materiales orgánicos o naturales que impacten en menor grado el ambiente", sostuvo Lina Marcela Crespo, instructora del ASTIN.
"El curso busca que los instructores estén en capacidad de formar aprendices pertinentes para apoyar la transición y ayudar a las pequeñas y medianas empresas que hoy no cuentan con herramientas o conocimientos para desarrollar materiales alternativos", agregó.
La Ley 2332 de 2022 prohíbe en Colombia el mercado y utilización de más de un centenar de plásticos de un solo uso, además de señalar alternativas para ellos.
La prohibición incluye bolsas para llevar productos o para embalar periódicos y revistas, entre otros; envases o empaques de líquidos no preenvasados, platos, bandejas, cuchillos, tenedores, cucharas, vasos, guantes para comer y pitillos.
"Nuestro centro es líder en el país en procesos de investigación de biopolímeros para fortalecer la economía circular y producir empaques verdes, amigables con el ambiente. Además, contamos con un gran talento humano y tecnologías modernas para fabricar y analizar materiales alternativos al plástico. Todo eso nos ha llevado a liderar este proceso asumido por la Entidad", indicó Caroline Perea Cabal, subdirectora encargada del ASTIN.
Durante la capacitación, los instructores pudieron ensayar diferentes materiales para obtener películas y fibras biodegradables que luego analizaron en el laboratorio.
Para Diego Andrés Díaz, instructor del Centro Metalmecánica de Distrito Capital, "el curso fue enriquecedor en la medida que permitió actualizar y compartir muchos conocimientos en torno a la caracterización de los polímeros, que es algo relevante para identificar materiales plásticos, entender propiedades y precisar si se les puede dar un segundo uso".
Por su parte, Fabio León Pulgarín Céspedes, del Centro Tecnología de la Manufactura Avanzada, de Antioquia, expresó: "Este espacio abre la posibilidad de establecer alianzas para proyectos intercentros o con empresas sobre análisis y caracterización de materiales, algo que podría hacerse en los laboratorios del ASTIN que tienen excelente tecnología".
La economía circular busca aprovechar al máximo los recursos materiales disponibles, alargando su ciclo de vida útil. Por ejemplo, mediante el reciclaje, es posible asegurar la sostenibilidad ambiental del planeta y el desarrollo económico y social de las comunidades.