En el municipio de Turbaco (Bolívar), un grupo de seis jóvenes en proceso de resocialización está tejiendo un futuro lleno de esperanza a través del programa 'Operario en Proceso de Panadería', impartido por el Centro Agroempresarial del SENA.
Este proyecto no solo les brinda habilidades en la creación de productos panificables, sino que les está abriendo las puertas hacia un horizonte más prometedor.
El mayor desafío en la formación de estos jóvenes es asegurar que interioricen la importancia de adquirir nuevas herramientas que les permitan enfrentar la sociedad con valentía y, al mismo tiempo, obtener un mejor trabajo y calidad de vida, una vez dejen la fundación.
La rutina en la Fundación Hogares Claret comienza a las 5:00 a. m. Se preparan, desayunan y luego participan en una 'meditación trascendental', una práctica basada en la conciencia impartida por el equipo psicosocial de la fundación. Siguen con el horario escolar, almuerzan y por la tarde se sumergen en talleres vocacionales. Finalmente, el día culmina con un taller de expresión de sentimientos para evaluar el desarrollo del día.
Estos jóvenes han adquirido habilidades en la elaboración de diversos productos panificables, desde masas saladas hasta dulces. Entre sus creaciones se destacan el icónico pandebono, exquisitos brazos de reina, variados panes y deliciosas tortas. Estas elaboraciones no solo han brillado en ferias a lo largo del país, sino que también alegran los desayunos y meriendas de las personas en Hogares Claret.
Juan Rodríguez*, aprendiz del programa, comparte su experiencia: "Al principio, esta experiencia fue un desafío ya que carecíamos de conocimientos en panadería, pero con el tiempo y gracias a nuestros instructores aprendimos, y nuestra mente se expandió. Las instrucciones para crear productos de panadería quedaron grabadas en nuestra mente".
La formación de estos jóvenes va más allá del proceso de aprendizaje: es la puerta a una nueva vida colmada de oportunidades.
El proceso comenzó con 15 jóvenes, pero actualmente solo 5 de ellos completan la formación debido a que algunos han recuperado su libertad. El programa tuvo una duración de seis meses, divididos en tres etapas lectivas y tres productivas. En los próximos días, los participantes celebrarán una ceremonia de certificación con la presencia del SENA y sus seres queridos.
"La experiencia con los jóvenes de Hogares Claret ha sido enriquecedora; conocemos sus historias de vida y sus deseos de superación. A pesar de las circunstancias, muchas veces influenciadas por su entorno, a través del proceso de resocialización y una formación técnica y productiva sólida, muchos de ellos podrán alcanzar sus sueños", destaca Carlos Arrieta, instructor de seguimiento de la Etapa Práctica del Centro Agroempresarial.
David Ramos*, otro aprendiz del programa comparte su perspectiva: "Esta formación significa mucho para mí, especialmente ahora que recuperaré mi libertad. Puede abrirme oportunidades laborales en panaderías, lo cual sería de gran ayuda para mi futuro".
El SENA de la Regional Bolívar ha brindado un invaluable apoyo a la Fundación Hogares Claret, ofreciendo formación en diversos programas como carpintería, panificación, soldadura y barbería, entre otros. Este compromiso ha culminado en la certificación exitosa de varios jóvenes.
Próximamente, se establecerá un galpón de pollos donde el Centro Agroempresarial acompañará a los aprendices que deseen embarcarse en esta nueva ruta de aprendizaje.
*Nombres cambiados para proteger la privacidad.