Nicoll Dayana Vega tiene 19 años. Gracias a su
formación en el SENA de Bogotá y con el apoyo del Fondo Emprender puso en
marcha su empresa. Hoy es la representante legal del emprendimiento
‘Terramaltas SAS’, ubicado en el barrio Nazareth de Nobsa (Boyacá).
La joven es ejemplo para las mujeres y,
especialmente, para las personas de su generación, pues, gracias a su esfuerzo
y dedicación, ha logrado encaminarse y abrirse paso en un sector tan complejo
como el cervecero. Pese a su corta edad y el poco tiempo que lleva en el
gremio, ya cuenta con varios clientes que le compran su malta. Incluso, en
ocasiones, “se ve corta”, como ella dice, para cubrir los recurrentes pedidos.
La historia de la empresaria de Nicoll comenzó
en el 2021, cuando culminó su bachiller técnico en Nazareth. Gracias a su padre,
ingresó al gremio cervecero, pues él es propietario de una naciente fábrica de
cerveza artesanal llamada ‘Nobsana’, donde nació su inquietud por aportarle al
negocio.
Luego decidió estudiar un técnico en
Cervecería Artesanal con el SENA en la capital del país, oportunidad que aprovechó
al máximo.
Terminada su formación, sus compañeros le
preguntaron a quién compraba la malta que utilizaban en su fábrica. Ella, con
orgullo, les respondió que no se la compraban a nadie, sino que la producían ellos
mismos tras adquirir la cebada directamente a los campesinos locales y que la malteaban
en sus instalaciones.
Posteriormente, le preguntaron si había
pensado en la posibilidad de venderla, de expandirse y llegar a otras
cervecerías para que probaran las maltas nacionales.
“De allí nació la idea de emprender con una
maltería a la que llamamos ‘Terramaltas’. Volví a Nazareth y empecé a maltear
cebada, a venderle a mis compañeros del SENA. A ellos les gustó nuestro
producto por su calidad”, resalta Nicoll.
Tras ganar a pulso varios clientes, la joven vio
la oportunidad de acceder a los recursos del Fondo Emprender para adquirir un
capital semilla. Fue así como se postuló con su empresa a la convocatoria
cerrada en Nobsa.
Adelantó los procesos de formulación y
validación; recibió orientación del SENA y pudo ‘vender’ su idea de negocio
ante un jurado y un público.
Nicoll recuerda con gran entusiasmo y afecto que,
gracias al apoyo de su familia y de los orientadores, pudo vencer sus temores y
salir adelante, pues en el fondo estaba segura del potencial de su
emprendimiento y con esto logró validar su proyecto. En 2023 ganó la
convocatoria que le permitió inyectar capital a su empresa.
Su sueño sigue creciendo, al igual que sus
ganas de continuar contribuyendo a la economía de su región.