En conmemoración
del Día Mundial del Agua, la Regional del SENA en Bogotá lideró un evento a
partir del intercambio de iniciativas que abordan la preocupante problemática
de la contaminación y sobreexplotación del recurso hídrico.
Con el objetivo
de promover la sostenibilidad ambiental desde sus cimientos, se implementó un
enfoque innovador en la formación de sus aprendices, orientándolos hacia
prácticas que impactarán positivamente al medio ambiente.
En la actividad, la
instructora Ligia Muñoz, del Centro de Servicios Financieros, se destacó por su
liderazgo en la generación de proyectos que convirtieron residuos en productos
sostenibles. En la jornada se presentaron iniciativas que utilizan la creación
de cuero biodegradable a partir de desperdicios de café, hasta la elaboración
de pinturas no tóxicas y betún con cáscaras de banano.
Estas ideas
creativas no solo demuestran la creatividad; también, un firme compromiso con
la economía circular y la conservación del agua.
Para la instructora,
es de vital importancia sensibilizar a
los aprendices en prácticas sostenibles que eviten la afectación al medio
ambiente y fomenten la reutilización de recursos desechados. “Estamos brindando
una segunda oportunidad a elementos que antes eran considerados desperdicios,
transformándolos en productos de alto valor y utilidad”, enfatizó Ligia Muñoz.
Actualmente, el SENA
Distrito Capital trabaja en el desarrollo de proyectos que obligatoriamente
impacten positivamente al medio ambiente, a partir de la reutilización de
diferentes recursos y siempre con el ánimo productivo e innovador.
La colaboración con
expertos financieros, como Iván Francisco Tunjano del Politécnico Gran
Colombiano, aseguró que estos proyectos no solo son innovadores, sino también
viables económicamente para convertirse en empresas sólidas y prósperas.
Tunjano resaltó la
importancia de manejar la función financiera de manera estratégica para
garantizar el éxito a largo plazo de estas iniciativas.
Un proyecto que ya
es una realidad es el de Laura Camila Cervantes Palomino, aprendiz del programa
de Gestión Empresarial, quien presentó una idea empresarial basada en la
utilización de betún biodegradable a base de cáscaras de banano, destacando su
valor ambiental y económico. “Este producto contribuirá a reducir la huella de
carbono y a mitigar los residuos orgánicos, siendo una opción amigable con el
medio ambiente”, sostuvo Laura Camila.
Este fue solo un
ejemplo del compromiso y la creatividad que hoy se profesa en el SENA, con el
fin de identificar el papel clave en la formación de profesionales con una
visión sostenible y responsable con el planeta.
El Centro de
Servicios Financieros planea, en el mediano plazo, generar eventos académicos
donde se intercambien experiencias y proyectos reales que tengan como columna
vertebral la protección del medio ambiente.