​La venta de arepas en el Quindío y en Colombia es algo tradicional, encontrar este tipo de puestos en los barrios es algo común, especialmente en zona cafetera, una apuesta productiva de la economía popular y que crece gracias al apoyo del SENA.

En la capital del Quindío nace ‘Arepa: Tradición y Sabor’, una estrategia que busca impulsar a los comerciantes de este producto a través de la formación y la formalización de sus unidades productivas. Esta labor es liderada por la Secretaría de Desarrollo Económico de Armenia, la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodrés) y el SENA Regional Quindío.  

“Desde el Laboratorio de Economía Popular iniciamos una ruta metodológica que permite la formación de las personas que venden arepas. Actualmente los capacitamos en manipulación de alimentos y estamos trabajando en una iniciativa que les permita adquirir conocimientos en emprendimiento, finanzas, transformación digital, asociatividad, entre otros”, afirmó César Augusto Ospina Puertas, subdirector del Centro de Comercio y Turismo del SENA Quindío. 

Esta iniciativa también busca dinamizar y dar valor agregado a estos escenarios productivos populares, teniendo como eje central una competencia gastronómica en la que la arepa sea la protagonista. EL evento tiene dos categorías, una dedicada a la arepa tradicional y otra que resalta la innovación y la creatividad, 30 participantes dejarán su sello personal. 

“El objetivo principal es fortalecer y posicionar un producto que es tan representativo como la arepa, ya sea en el desayuno, en el almuerzo o en la cena. Sabemos que este producto es básico y necesario para la región y merece ser resaltado. Vamos a iniciar con la arepa, pero luego haremos lo mismo con otros productos importantes en la gastronomía callejera” manifestó Camilo Carmona, Director Ejecutivo Acodrés capítulo Quindío.

Esta convocatoria permite que los vendedores desde sus pequeños negocios puedan incrementar sus ventas y ser reconocidos por su aporte a la dinamización económica de los territorios. Es el caso de Omar Alberto Jiménez, quien vende aproximadamente 200 arepas al día: “Me dedico a este oficio desde hace 30 años y fue como una herencia porque un hermano vendía arepas y empecé ayudándole a él. La arepa para mí es tradición y con esta labor he levantado a la familia, tenemos casita y mis hijos han estudiado gracias a la venta de arepas”.